Ay, los planes…
qué bueno hacerlos, ¿verdad? Todo controlado y anotado. Además, yo soy de la
generación de los que “me encanta que los
planes salgan bien”, pero sin puro ni guantes de piel.
Tengo dos libretas, ambas repletas y de lo más heterogéneo
en contenido. Y eso que me propongo firmemente que una sea sólo para el trabajo,
pero no hay manera. Y tenerla limpia y ordenada, no llena de anotaciones,
ideas, listas de la compra y tareas pendientes, mezcladas con un pargo rojo y
un koi la mar de coloridos nadando por el espacio (más o menos por la zona de
Ganímedes) y nombres de futbolistas y tácticas dudosamente posibles. O bocetos de
tocados y sombreros en los
márgenes… pero es mi pequeño caos, supongo.
Sentarme por la noche y repasar lo pendiente anotándolo me
reconforta. No sé por qué, pero cuando hago una lista de propósitos y voy
tachándolos al día siguiente me da subidón. Y si tacho todo, buah, la repera. Pero haz planes y luego las circunstancias te obligan a
improvisarlo todo. Las listas están para incumplirlas, como las normas, me
digo… Espero que no lea ésto un psicólogo.
Mis planes para mañana: “Uuuh
Neeew York…” sonará Alicia Keys
bien tempranito. Legañas fuera y arriba. Café sin corazón, cigarrillo rápido -sí,
lo sé, I´m a terrible person- y primer vistazo a la lista: un básico (así llamo a un apaño de cosas de
casa rápido), lavadora (no cabe un calcetín…) y al cole. Terminar el tocado de plumas que tengo empezado,
(cómo me gusta… ay, que me emociono) y coser la peinecilla del de novia
con ese brocado tan chulo…
No puedo olvidarme de bajar a por pan rallado o los filetes
me los como yo… pequeños tiranos. Ah, y pasarme por el banco. E ir a pagar la
contribución. Por supuesto, llamarán los de la ventana, hoy que tengo tanto
trabajo, seguro, y será para contemplarla otra vez, que resulta que llueve y
así no se puede hacer nada… Llueve, claro que llueve, estamos en octubre, lo
suyo es que llueva. Claro, los cuatro meses que hemos pasado sin que caiga una
gota no han tenido tiempo de pasarse…Y digo yo, tan bien que se la saben, ¿no
sería mejor que se trajeran las herramientas un día que no llueva y arreglarla
de una santa vez? No, claro, eso sería demasiado fácil.
No debo olvidar llamar al pediatra, que luego me quedo sin
cita, nota mental: que no se me olvide, que no se me olvide. Esto me hace
divagar… érase una vez hace muuucho muuucho tiempo, tod@s soñamos con tener un
bar/pub/discoteca, según, y los nombres que me parecían más guays del mundo
mundial eran los de medicamentos. Sí, puede que sea raro, vale, pero así era. Amoxicilina, Ventolín o Paracetamol, lo
más de lo más. Menos mal que lo del negocio hostelero se me pasó en cuanto me
dieron permiso para ir a la discoteca, porque hoy en día, solo de pensar en Amoxicilinas, Flixotides, Ventolines, Azitromizinas…
(y paro porque esta lista sí que es larga) me entran sudores fríos. Por
cierto, tengo que revisar las facturas de material… y ver si consigo sacar un
hueco para leer ese tutorial que tanta falta me hace: “SEO para inútiles”.
Mmm… debería llamar a Mari
a ver cómo quiere el canotier, que
tengo unas ideas pero quería compartirlas con ella para concretar el diseño. Yo creo que si salgo de casa
cinco minutos antes para recoger a Roque, mientras le espero, puedo leerme
tranquilamente algún blog, un vistazo
rápido a las redes sociales y
contestar unos WhatsApp.
Bien, la mañana creo que la tengo controlada, me digo toda
“chea”. Mientras comemos planeo la tarde y la noche, aunque tengo que preparar
la mochila, creo que hoy toca Aloha… ¿o era fútbol? Bueno, da igual, preparo
dos y listo. ¿Qué es ésto? Uff, un formulario, veeenga, lo relleno que parece
interesante suscribirse, a ver… nombre, teléfono, profesión…: “volatinera con más bien mala suerte o persona estresada multidisciplinar”. A
la fuerza ahorcan. Tal vez sea confuso, mejor no. Pero es que si pongo la
verdad, creo que no me cabe. ¡También hago tocados!
A relajarme un poquito viendo la tele, venga va, que hoy
acaba “Broadchurch” y, aunque me haya
dormido antes de la media hora en todos los episodios, tengo mucha curiosidad
por ver quién es el asesino. Vaya por dios… otra vez me despierta Isra con un dolor de cuello terrible por
este maldito sofá… Bueno, no pasa nada, ya lo leeré mañana por internet… Parece que Roque no tose,
genial.
“Uuuuh, Neeeew York…”¡Arriba!
¿Eso que oigo es mi hijo? Sí. Tose, y bastante…Miro la lista, pues hoy va a ser que no…
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