Ahora os digo que ni loca. Me he viciado, qué le vamos a hacer.
Todo empieza poco a poco, que si pruebas a subir una foto, que si te animas con otra… y de repente salta el corazoncito y se pone naranja. Y claro, no lo puedes evitar… miras y ahí está, a veces ya erais amigos y a veces no le conoces de nada. Y es de muuuuy lejos. Y ya te has enganchado.
Qué bonitos que son los comienzos, cuando no le ves nada malo. Lo que antes me parecía chino mandarín, ahora se parece más a jugar a una lluvia de ideas. Un hashtag me recuerda a un crucigrama, a veces encaja y a veces no. Y cuando terminas de publicar una fotografía se te ocurren varias maravillosas palabras que te harían llegar aún a más generosos conocidos y desconocidos de todo el mundo… Y aunque suene cursi, me parece casi mágico, guay vaya. De repente te sientas a ver la tele, a leer un libro o te pones a preparar la cena… y no puedes evitar tener el móvil bien pegadito, no sea que se ponga naranja el corazoncito. Y claro, puede ser de las Delicias o de Toronto. O de mi Vigo. Y luego está la pestaña de explorar, para que queremos más… esa gente dadivosa que comparte trocitos de sus cosas, de su arte o de su mundo. Buah, es que mola.
Si intento un selfie y saco la funda del móvil... |
Entonces empiezo a responderme a mí misma y ya malo. Desde luego, no sé hacer fotos de tocados. Cocino de pena y carezco de vida social. Definitivamente, no sé lavarme los dientes con dignidad y por supuesto soy un adefesio incapaz de hacerme una autofoto y salir medio decente. Ni de los pies. Vamos, que ni ir a comprar ropa y no encontrar talla.
Pero no amig@s, esto no es malo. Es bueeeno, me hace pensar, es por mi bien… erm… ya os digo que Instagram, hoy, es maravilloso.
Uy, creo que se ha iluminado la pantalla de mi móvil… o tal vez no, pero debo asegurarme. No, no me miréis así, tal vez a alguien le haya gustado alguno de mis tocados… y tal vez viva aquí al lado o no…
http://instagram.com/labalacatocados
No hay comentarios:
Publicar un comentario